Compartir la experencia, es compartir el gusto y la responsabilidad. Es abrir los ojos através del otro, asumir el compromiso que nos toca como actores fundamentales de nuestro entorno, herederos del pasado y sembradores del futuro.

Éste es un espacio para compartirles mi experiencia.
Un espacio para compartir el mundo que me decidí a recorrer.



10 de octubre de 2012

Un nuevo intento, hay cosas para las que simplemente no estoy hecho, de ellas es ser constante con un blog, la otra, el twitter.
Para el twitter tengo la excusa de no tener un smartphone que me facilite el reportar cada media hora mis pasos, para lo del blog, no tengo excusa.



En esta ocasión, el escenario me produjo una inevadible sensación de nostalgia.
Por asuntos diversos, mis ávidos lectores inexistentes, me encuentro en La Paz, Bolivia.
El café en el que me siento tiene un olor muy especial, el olor de las mañanas en Marioneta, ese pequeño café extinto en el centro de mi ciudad, Torreón.
Hay una chimenea, afuera cae una lluvia ligera y un frío insoportable, así es La Paz, no es la ciudad más cálida en la que hayaconocido, (en todos los sentidos) sin embargo, es una nueva experiencia, es un viaje, un viaje dentro de mi gran viaje y eso me hace feliz.

Dentro de lo cotidiano, no puedo dejar de asombrarme por la belleza partícular de esta ciudad.
La Paz se extiende a lo largo y ancho de cerros y montañas, las casitas de ladrillos se van apiñando una encima de otra a lo largo de las laderas, el peligro inminente de un derrumbe a causa de las lluvias es una de las principales preocupaciones de sus avitantes, la altura de los edificios es relativa, pues las calles corren arriba y abajo, colocando las construcciones a distintos niveles. Soy afortunado de tener una vista privilegiada desde mi departamento, desd el cual, todas las mañanas puedo ver la extensión de la ciudad enmarcada por los cerros rojos tan peculiares y detrás de ellos la gran montaña, el Illimani.
El invierno hace sentir su fuerza en estos meses, algunas noches cuando el viento sopla más fuerte y las nubes cubren la ciudad, los habitantes saben que a la mañana siguiente, podrán disfrutar el espectaculo de ver las montañas teñidas de un blanco brillante. La Paz, la ciudad más alta del mundo es un reto para los extranjeros, pues la altura afecta los sentidos y pone a prueba la resistencia física de los peatones que tienen que subir calles empinadas o evitar una mal caída en las aceras de piedra. Puedo contar mucho más de esta ciudad que me ha acogido y sin duda lo haré, en una nueva oportuniad.

Con la promesa de ser constante, por esta entrada, me despido.